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Puede parecer una perogrullada pero lo más importante de una niñera o cuidadora es que cuide correctamente de los niños tanto física como emocionalmente. 

Por un lado, la parte física, se le debe pedir que esté atenta al cuidado de los niños con el objetivo de evitar cualquier tipo de accidente o percance. En la parte emocional se le debe pedir que motive a los niños con estímulos positivos.

A partir de ahí cada familia tiene sus propias necesidades a los que las niñeras y cuidadoras deben adaptarse. Por ejemplo, habrá familias que dentro de sus rutinas establezcan que la niñera o cuidadora realice tareas domésticas como limpiar o cocinar. Habrá familias que necesiten que bañen a sus niños, les den las meriendas, etc.

Es importante que cuando se contrate a una niñera se establezcan las normas bajo las cuales se eduque a sus niños. Es importante que los mensajes de las niñeras o cuidadoras a los niños sean los mismos que los mensajes que lanzan sus padres. Lo contrario podría provocar un conflicto en los niños.

También es importante que el primer día se establezcan claramente las funciones y competencias de la niñera para evitar malos entendidos.

Las funciones habituales de una niñera o cuidadora son

- crear un ambiente seguro y agradable a los niños: proponerles juegos, actividades que estimulen la actividad física y mental de los niños, etc.
- preparar y dar de comer a los niños
- asear a los niños: cambiar los pañales, bañarles, etc.
- procurar que la habitación de los niños estén limpias y ordenadas: hacer las camas, cambiar las sábanas, etc.
- recoger a los niños del colegio y acompañarles a actividades extraescolares.
- cuidar de los niños si se ponen enfermos

A pesar de esta lista, lo importante es que una niñera se adapte a las necesidades de las familias.